Reforma laboral: cuando la discriminación se convierte en política de Estado
- Redacción metamorfosis
- 12 may
- 6 Min. de lectura
El intento de reforma laboral que impulsa el gobierno de Javier Milei no solo profundiza la precarización del trabajo, sino que institucionaliza la discriminación como una herramienta de disciplinamiento social. Con la eliminación de la reinstalación ante despidos discriminatorios, el Estado se convierte en garante de la impunidad patronal y ataca la organización colectiva de los trabajadores.
Por: Aluhe Valenzisi Pastori - Estudiante de Historia en UNSAM

En la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), muches estudiantes sostienen sus estudios con trabajos precarizados en distintos sectores. La realidad laboral de quienes estudian y trabajan ya es de por sí difícil, con salarios bajos, inestabilidad y condiciones de explotación. Ahora, el gobierno de Javier Milei, a través de la Ley Bases, busca profundizar esa precarización con una reforma laboral que no solo modifica las relaciones de trabajo, sino que golpea directamente sobre nuestras vidas y nuestro futuro. En un artículo de noticias UNSAM de Los investigadores del espacio de Capacitación y Estudios sobre Trabajo y Desarrollo de EIDAES Matías Maito y Juan Manuel Ottaviano donde se vislumbraba el proyecto de Ley Bases, se plantea el problema de que este avance del gobierno precariza aún más a los trabajadores. Lo que vamos a introducir en este artículo es que el ataque es aún más profundo porque alienta la discriminacion lisa y llana, además de querer atacar la organización de los trabajadores y con esto la posibilidad de que podamos impulsar una organización común junto con los estudiantes.
Uno de los puntos más alarmantes de esta reforma es la eliminación de la reinstalación en casos de despidos discriminatorios, lo que implica un retroceso histórico en la protección de los derechos laborales y democráticos. Este retroceso no está orientado a frenar la discriminación, sino a profundizarla, creando un contexto legal que favorece la vulnerabilidad de les trabajadores. Con la reforma, si una persona es despedida por razones discriminatorias —ya sea por género, militancia o ideas políticas— perderá el derecho a ser reinstalada en su puesto. Esta medida fortalece la impunidad patronal y agrava las condiciones de explotación a las que ya se enfrentan les trabajadores, sometidos a salarios de miseria y situaciones laborales precarias.
El impacto de esta reforma no se limita solo a la precarización laboral; tiene un objetivo claro: desarticular las luchas colectivas y desalentar la organización. La ley busca fragmentar la solidaridad entre trabajadores, debilitando la lucha conjunta contra la precarización y por ende también el vínculo con el resto de la sociedad. Si cualquier intento de organización puede ser reprimido con despidos sin consecuencias, el miedo y la incertidumbre se convierten en herramientas de disciplinamiento social. La discriminación se institucionaliza como una parte más del funcionamiento del mercado laboral, y las patronales intentan avanzar sin límites.
El neoliberalismo se infiltra en las aulas y este ataque a los derechos laborales no es un fenómeno aislado. La Ley Bases, publicada en el Boletín Oficial el 8 de julio de 2024, intentó modificar la legislación laboral, particularmente la Ley de Contrato de Trabajo y la Ley Nacional de Empleo. Aunque la vigencia de la ley fue suspendida por la Justicia Nacional del Trabajo, el avance neoliberal no se detiene. Uno de los cambios más graves es la incorporación del artículo 245 bis, que regula los despidos motivados por actos discriminatorios. Este artículo establece que los despidos discriminatorios sólo podrán ser “compensados” con una indemnización, sin posibilidad de reincorporación, lo que representa un claro retroceso en la protección de los derechos de los trabajadores.
Este cambio normativo vulnera tratados internacionales ratificados por Argentina y contradice la Ley de Contrato de Trabajo, que prohíbe la discriminación en el ámbito laboral. La eliminación de la reinstalación ante despidos discriminatorios refleja una concepción individualista del derecho y vacía de contenido las conquistas sociales, debilitando la posibilidad de defender colectivamente los derechos fundamentales. En lugar de proteger a quienes trabajan y estudian, se legisla para que el ajuste siga siendo pagado por los sectores populares.
Un plan de lucha desde la UNSAM: estudiantes y trabajadores
Este golpe no es ajeno a nuestra universidad o no debería serlo, es un debate central que nos debemos en cada aula. Durante el año pasado, hubo muchas muestras de solidaridad por parte de trabajadores de distintas ramas, que formaron parte de la histórica marcha universitaria o que vinieron para acompañar desde asambleas hasta los días de toma.
Para enfrentar este ataque, proponemos la organización conjunta de estudiantes y trabajadores en la UNSAM y en otras universidades. Es fundamental fortalecer la unidad en defensa de los derechos laborales y estudiantiles, rechazando esta reforma laboral y exigiendo condiciones dignas de trabajo y estudio. Asimismo, es clave sostener la lucha por la reincorporación de los despedidos por razones discriminatorias, denunciando los despidos injustos y enfrentando la eliminación de la reinstalación. En este marco, resulta imprescindible la construcción de espacios de organización permanente, impulsando asambleas conjuntas y coordinaciones entre los sectores afectados. Finalmente, para resistir los ataques del gobierno y las patronales, debemos fortalecer la solidaridad entre trabajadores y estudiantes, ampliando los lazos de apoyo mutuo. La defensa de nuestras conquistas históricas se juega tanto en el aula como en la calle.
El Estado como garante de las ganancias empresariales y el rol del peronismo
En los últimos años, hemos sido testigos de un avance en las políticas laborales que buscan precarizar el trabajo y atacar los derechos conquistados por los trabajadores, sin importar el sello político del gobierno de turno. La reforma laboral es uno de los ejes principales de este proceso, buscando transformar el panorama laboral para garantizar mayores ganancias a las empresas a costa de los derechos de les trabajadores. Pero lo que a menudo se pasa por alto es el rol fundamental del Estado en este proceso.
El peronismo, en su versión más "estatista" que reivindican sus principales referentes como CFK, juega un rol clave en este proceso. Aunque su discurso se presenta como "nacional y popular", en la práctica ha sido un defensor de un modelo económico que favorece los intereses de las grandes empresas. Este doble discurso tiene un impacto directo en la vida de los trabajadores, pues bajo la fachada de defender los derechos, se esconde un ataque sistemático a las conquistas laborales.
El Estado, en su papel de supuesto mediador entre los intereses de las clases dominantes y los trabajadores, ha sido históricamente un obstáculo. En momentos críticos, como durante la dictadura, el Estado promovió un ataque directo y sistemático a los derechos laborales y los movimientos sociales, llevando adelante el mayor genocidio de nuestra historia. Durante el gobierno de Javier Milei, los ataques a los derechos laborales se han intensificado.
Es fundamental que los trabajadores no solo defendamos los derechos conquistados, sino que sigamos construyendo un movimiento que, al margen de las políticas estatistas y patronales, sea capaz de luchar por una vida que merezca ser vivida La reforma laboral no es solo un tema técnico; es una cuestión política e ideológica que forma parte de un proyecto más amplio de la burguesía para reducir el poder de los trabajadores y garantizar su dominación.
Pelear contra cualquier avance sobre nuestras conquistas de clase abre otra perspectiva de movimiento estudiantil
Desde Metamorfosis convocamos a abrir este debate en cátedras, asambleas y publicaciones, para que estudiantes, docentes y trabajadores reflexionemos colectivamente frente a estas políticas de ajuste, porque no podemos pensar que la universidad es una isla.
En cada avance que haya sobre el conjunto de la clase, estamos en peores condiciones para enfrentar a este gobierno que se propone una transformación estructural del país, por eso tenemos que luchar de conjunto para frenar cualquier intento de avanzada de este gobierno. En momentos donde se empieza a notar con mayor claridad las debilidades que tiene, es cuando más hay que buscar vías para unificarnos a los trabajadores que luchan. Durante el verano desde el Centro de Estudiantes de CyT nos hicimos presente en las puertas de Pilkington frente a los despidos discriminatorios así como también lo hemos hecho durante el año pasado en apoyo a los trabajadores de Fate, del INTI y de todos aquellos que han resistido a este gobierno.
Frente a una reforma laboral que institucionaliza la discriminación y apunta directamente contra la organización colectiva, no podemos permanecer indiferentes. La universidad no puede ser ajena a esta realidad: lo que se juega en el terreno laboral impacta de lleno en la vida de quienes estudiamos y trabajamos. Por eso, es urgente que desde cada facultad, aula y espacio común, impulsemos instancias de debate y acción que nos permitan organizarnos con les trabajadores para enfrentar esta avanzada. La lucha contra la reforma laboral es también una lucha por el futuro de una juventud que no se resigna a vivir entre la precariedad y el silencio.
Comments