A modo editorial: 77 años de resistencia palestina
- Redacción metamorfosis
- 15 may
- 4 Min. de lectura
Martín Kalechsztajn - Presidente del CeCyT

El lector tiene en sus manos un nuevo número de Metamorfosis, cargado de debates urgentes. No es casual su publicación en este día: se cumplen 77 años de la Nakba —palabra árabe que significa “catástrofe”—, con la que se recuerda la expulsión forzada de más de 750.000 palestinos de sus hogares durante la fundación del Estado de Israel en 1948.
Desde la redacción de Metamorfosis sostenemos que, en el contexto actual, no es posible la neutralidad frente a un genocidio a cielo abierto. Cada quien, desde su lugar, debe aportar a la solidaridad con el pueblo palestino, que resiste desde hace décadas la barbarie imperialista que el sionismo lleva adelante con la complicidad de Estados Unidos. En ese sentido, creemos que la UNSAM debe romper sus convenios con la DAIA, como el aprobado por el Consejo Superior, que blanquea a una institución que justifica crímenes de guerra en nombre del Estado de Israel.
Con ese compromiso político y ético trabajamos este número. Reunimos en sus páginas una serie de artículos que buscan aportar a los debates abiertos en nuestro país y en el mundo, y esperamos que también ustedes nos hagan llegar sus reflexiones.
En la Argentina gobernada por Javier Milei, cada vez más sectores se animan a resistir. Esta revista siempre va a ubicarse del lado de quienes luchan. Lo vimos en las calles el 24 de Marzo, en las movilizaciones del 1F, en las tomas universitarias del año pasado, y cada miércoles con los jubilados que enfrentan la represión de Bullrich. Ahí estuvimos: las pibas que defienden sus derechos, los pibes de las hinchadas que salieron a bancar a sus abuelos, les estudiantes que salimos de nuestras aulas para marchar.
Dentro de quienes resisten están también cientos de miles de trabajadores que pelean por sus paritarias, que se movilizaron al Congreso, que enfrentan despidos y se organizan para resistir. Hay luchas obreras en curso —como la que se opone a los despidos discriminatorios en Pilkington, Volkswagen, PyG o Shell. Y ahí el movimiento estudiantil puede jugar un rol clave: ser un puente de valores, un factor de unidad, una relación virtuosa que fortalezca nuestra lucha.
Queremos debatir con esa juventud cómo organizarnos para luchar por una salida propia. Porque resistir no alcanza si no se discute para qué se lucha y con qué estrategia. Como muestran las notas de este número, no se trata solo de rechazar las políticas del gobierno, sino de construir una alternativa de fondo, desde abajo, con independencia de todos los partidos del régimen.
El intento de reforma laboral que impulsa la Ley Bases —que elimina la reinstalación ante despidos discriminatorios— es una ofensiva directa contra toda forma de organización. Ataca no solo las condiciones materiales, sino también la posibilidad misma de luchar colectivamente. Como desarrollamos en esta edición, la discriminación se institucionaliza como herramienta de disciplinamiento. En nombre del “libre mercado”, se precariza la vida.
Pero no es solo Milei. El peronismo también jugó su parte. CFK habló de la necesidad de “volver organizados”, pero omitió que su gobierno, junto a Alberto Fernández, convalidó la deuda con el FMI y administró el ajuste que allanó el camino a los libertarios. ¿Organizarse para qué? ¿Para volver a gestionar los límites del capital como si esa estrategia no hubiera fracasado? Ese es el problema de fondo. La nota incluida en esta edición profundiza este debate.
Por eso también creemos clave recuperar experiencias históricas como el Mayo Francés, que nos recuerdan una verdad profunda: cuando la juventud y la clase trabajadora se unen, pueden desafiar el poder establecido. Otra nota de este número aborda esa experiencia. Hoy también se libran batallas por la memoria y la cultura frente al negacionismo oficial. La entrevista a Micaela Cuesta se adentra en ese terreno: la disputa por la memoria es también una lucha contra el vaciamiento de la democracia y el avance del autoritarismo.
En ese marco, la perspectiva feminista y la crítica al machismo estructural en las instituciones académicas y científicas no son un tema aparte: son parte integral de esta pelea. El artículo de Mikaela sobre mujeres en la ciencia denuncia la invisibilización histórica de las científicas y el sesgo de género persistente en la producción y validación del conocimiento. Una generación entera entra a la universidad sabiendo que deberá rendir el doble para ganar la mitad. Y, sin embargo, no se resigna. La lucha por democratizar el saber y construir una ciencia libre de opresiones y útil para las mayorías es parte del horizonte que queremos abrir.
Porque si algo enseña la historia, es que los derechos no están garantizados para siempre. La universidad tampoco es una isla. La lucha universitaria del año pasado mostró que hay una reserva enorme de fuerza cuando se abre paso la autoorganización: asambleas, tomas, clases públicas, alianzas con trabajadores. Esa es la experiencia que hay que profundizar, desde cada cursada, cada laboratorio, cada centro de estudiantes.
Además, este número incorpora dos nuevas secciones que enriquecen nuestro proyecto editorial: por un lado, una “Tribuna Abierta Literaria”, donde distintas voces comparten poesías, relatos y ensayos que buscan pensar la sensibilidad, la historia y la política desde el lenguaje literario. Y por otro, un estudio sobre el impacto del CEAMSE en nuestras vidas y territorios, que aborda desde una mirada crítica cómo la basura, la contaminación y el negocio privado de la gestión ambiental atraviesan cotidianamente nuestros cuerpos y barrios.
Desde Metamorfosis, queremos que esta revista sea una trinchera de ideas para quienes no se resignan, para quienes quieren discutir, escribir, organizarse. Nos proponemos debatir con quienes ya están en las calles, pero también con quienes recién empiezan a hacerse preguntas. Porque otra salida es posible, pero hay que construirla.
Y en ese camino, también creemos que es fundamental que el movimiento estudiantil se exprese con fuerza este 18 de mayo. Por eso llamamos a votar a Luca Bonfante, estudiante del Profesorado de Historia y Secretario General del CEFyL, que forma parte de la lista del PTS-FITU junto a Vanina Biasi. Luca es parte del proceso de lucha que protagonizamos en 2024 y representa una voz clara por la independencia política, la autoorganización y la unidad con el movimiento obrero.
Para el desarrollo de este número fue clave el conjunto de materiales elaborados por La Izquierda Diario, el semanario Ideas de Izquierda y especialmente el suplemento Armas de la Crítica, que desde una perspectiva marxista nos aportan herramientas fundamentales para las peleas del presente.
Comments