Tribuna Literaria abierta
- Redacción metamorfosis

- 22 nov
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 4 dic
Este espacio surge para darle lugar para quienes quieran compartir sus escritos. En este número compartimos escritos de : Andrea Trotta, Dafne Gutierrez y Agus Ferrer.

1- Por Andrea.
Invento abismos
Donde nacen los ardores
dejo señales desabrigada
imagino tus manos de tinta
en mi cuerpo envuelto de sal
apago todas las lámparas
dejo caer frases sin colores
nos separa una cordillera
y canciones llenas de humo.
Respiro miedo en la casa
las paredes son piel cansada
hacia adentro crecen plantas
como si la tierra las llamara.
Con voz de invierno
libros gotean tiempo
sus lomos se arquean
con cuerpos de fiebre.
Ojos fríos en un cielo
cerrado sin destino
son la caída lenta del deseo.
2- Por Dafne.
Me dijeron que era
sensible
como si fuera una falla.
Y yo, que fallo tanto,
Aprendí a usar mi sensibilidad para conectar.
Acompaño infancias
que gritan sin palabras,
que corren cuando el deseo no alcanza,
que repiten el mundo
para entenderlo mejor.
Como yo.
Estudio letras,
aunque a veces no me leo ni a mí.
Subrayo, abandono, vuelvo.
Como todo lo que me importa.
Como todo lo que soy.
Me agota sostener lo que no es mío,
pero igual lo cargo
porque me enseñaron
que ser querida era poder con todo.
Hoy prefiero lo que no duele ni quema,
el cuaderno abierto,
una taza que no se enfría.
Y una pregunta que no tiene apuro.
Soy un puente entre lo que los otros sienten y lo que no pueden decir,
entre lo interno y lo externo,
entre los niños que acompaño y el mundo que a veces no los entiende.
No quiero encajar,
quiero volver al cuerpo,
a la emoción,
a la palabra propia.
……………………………………………………….
Me nombraste con enojo
que no era de hoy.
Con frases afiladas
que ya venían de antes.
Yo apenas estaba ahí,
mirando sin apuro,
sintiendo sin ruido.
Y entonces supe:
no importa cuán lento camine,
siempre hay alguien que piensa
que vengo a husmear,
a dañar,
a fallar.
Quería ser silencio,
y me llamaste control.
Quería ser cuidado,
pero la sospecha llegó antes que yo.
No hay promesas que alcancen
cuando el juicio ya fue dictado
en voz baja
o entre cejas fruncidas.
Y me volví sospecha.
Una presencia que molesta sin hablar.
Un gesto que incomoda
solo por no romperse al instante.
No hay grito en mí.
Solo ese vacío exacto
que dejan las cosas que se rompen
sin hacer ruido.
……………………………………………………….
No te dije
que me dolía
tener que explicarme cada vez
como si amar no alcanzara.
Como si todo gesto mío
fuera una posible trampa.
No te dije
que aprendí a elegir las palabras
no para ser entendida,
sino para no encenderte.
Para que no explotes.
Para que no te vayas otra vez
sin cerrar la puerta.
No te dije
que fui dejando de decir.
Me guardé tantas cosas
que ahora me pesan en los huesos.
En la lengua.
En la espalda.
Como si callar fuera
un nuevo idioma del cuerpo.
No te dije
que lo vi venir.
Que supe cuándo dejaste de mirar.
Que hubo un día (uno solo)
en que entendí que ya no había forma
de no decepcionarte.
Y desde entonces,
todo fue descenso.
No te dije
que me dolió más tu duda
que tu enojo.
Porque el enojo al menos exige,
pero la duda…
la duda te deja
esperando algo que nunca vuelve.
No te dije
que fui mucho más de lo que viste.
Y que aún así,
no bastó.
3- Por Agus Ferrer.
Anoche miramos al cielo antes de soplar la pluma
luego de escuchar el rugido del viento.
Unas pequeñas gotas
asomaban en la boca de la noche.
Eran gotas, no misiles; no bombas.
Solo gotas.
La intervención continua y el pie es dejarlas caer.
A las plumas, no a las gotas.
No a las bombas.
Dejarlas caer como cuerpos,
como el vuelo que pudiera ser.
Cómo algo que se ve morir,
como eso que elegimos no ver.
Las dejo caer y pienso en ellas.
Las vidas.
Las gotas.
Solo gotas.
No bombas.
Gotas solo.
Mi compañera las levanta, las reúne, las acaricia.
Mi compañera dice el poema.
El poema es breve.
Lo decimos aquí
donde solo caen gotas.
Pájaros.
Pájaros, dice el poema.
Como pájaros cantamos el poema.
Poesía dice el canto.
Bombardeo.
Plumas juntamos,
plumas soplamos.
Refugiadas
en una casa que nos recibe,
Que nos aloja,
a nosotras tantas
vidas.
En una casa
donde solo caen
algunas gotas.
Una recita, otra sopla, otra danza.
Pájaros somos.
Podemos.
Vidas.
Refugiadas
en otras vidas que nos abrazan
mientras abrazamos al poema
que podemos decir
porque aquí
solo
caen
gotas.
Nos tomamos de las manos
como quien toma la vida.
Nos caen gotas en el rostro.
Gotas.
Que cese el bombardeo rezamos.
Para que en cualquier rincón de esté mundo
se oiga fuerte el aullido del cielo
que solo quiere llover.
Plumas
Intervención por palestina 🍉
Basada en el poema del palestino Marwan Makhoul.



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